Día 39: llegaron bailando ricachá

Este clásico musical es de la Orquesta Aragón pero en realidad estoy pensando más en La guerra de los mundos (1898) donde H.G. Wells plantea que "Los microorganismos que causan tantas enfermedades en la Tierra no han aparecido en Marte... [sic] Todos los males, las fiebres y los contagios de la vida humana, la tuberculosis, el cáncer, los tumores y otros flagelos similares no existen para ellos". ¡Qué lejos me parecen estas afirmaciones! Porque ya "caminamos" por la superficie del planeta rojo —desde la misión espacial Curiosity (2012)— y tenemos videos como este que nos muestran que, al menos con la evidencia actual, no existen los marcianos. Todavía más pues, según los tiempos que corren, estoy segura de que nos gustaría que no existiera el "flagelo" del covid-19 en nuestras vidas.
H.G. Wells es, además de un reconocido escritor de ciencia ficción, un visionario tanto en lo científico como en lo social y se percibe en sus diarios. En ellos menciona la importancia de poner al alcance de la mano de las personas los conocimientos científicos, es decir, estaba a favor de la popularización de la ciencia como escribió en este artículo de 1894. Y es que llevo días dando vueltas a ese asunto en mi cabeza a raíz de toda la información científica que está circulando en este momento...
El Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) de la OCDE (1997) mide —con pruebas estandarizadas— a los sistemas educativos de los países participantes a partir de las competencias que desarrollan sus estudiantes. Más allá de diversas discusiones, lo cierto es que esos resultados nos dan otra mirada de los sistemas educativos y permiten comprender muchas deficiencias que tenemos, por ejemplo, en México. En particular, me voy a referir a la interpretación, la aplicación y la evaluación de los resultados matemáticos así como a la traducción de las representaciones simbólicas y gráficas —más información al respecto se puede consultar aquí y acá hay un resumen de los últimos resultados de la prueba PISA para México (2018).
Si un enorme porcentaje de mexicanos no podemos comprender la información que se muestra en una gráfica como esta, ¿qué creen que estemos entendiendo en general sobre la pandemia, la situación de México con respecto al mundo o los informes que a diario, el subsecretario Gatell se esfuerza en presentarnos en la conferencia de las 19 horas? Peor aún, si no comprendemos esa información, mucho menos entendemos los argumentos que subsisten detrás de acciones tan sencillas como el Quédate en casa o de las controversias que se generan al rededor de la actualización de los resultados federales o la cantidad de pruebas aplicadas según el modelo Centinela. Y aunque estoy hablando de las matemáticas, podría decir lo mismo de toda la ciencia que se usa para explicar e incluso justificar tantas cosas en esta pandemia.
Por eso, y aunque México no es el único país donde esto ocurre, no me sorprende el tener a un montón de vecinos yendo y viniendo para todos lados, el que se hagan fiestas y el que no termine de reducirse el tránsito vehicular en la ciudad. Tampoco me pasma del todo encontrar noticias que narran que existen personas que creen en los apocalipsis, que se inyectan desinfectantes o que tienen conductas racistas con personal de la salud o extranjeros. Hay que tener los pies en la tierra durante estos tiempos en que andan sueltos tantos agoreros del desastre que nomás informan para sus oscuros y perversos propósitos porque, además de la incertidumbre que toda la información científica nos genera cuando lo que deseamos son certezas, como se dice en este otro artículo, no estamos listos para esta época pues nos faltan también conocimientos de estadística.
Por todo eso, volvamos a las palabras de Wells y sustituyamos a los marcianos por la epidemia del coronavirus: "Es posible que la invasión de los marcianos resulte, al fin, beneficiosa para nosotros; por lo menos, nos ha robado aquella serena confianza en el futuro, que es la más segura fuente de decadencia. Los regalos que ha hecho a la ciencia humana son extraordinarios, y otro de sus dones fue una nueva concepción del bien común." Creo que si logramos entender que la ciencia puede darnos y nos ha dado ya un montón de beneficios y acompañarnos más cercanamente en el futuro en vez de nomás satanizarla a partir de adjetivos o de pensar que invertir en ella no es redituable, habremos avanzado durante estos tiempos oscuros.
© Nasa: rover de Curiosity sobre la superficie de Marte (31 de octubre de 2012). Tomada de https://es.wikipedia.org/wiki/Curiosity#/media/Archivo:PIA16239_High-Resolution_Self-Portrait_by_Curiosity_Rover_Arm_Camera.jpg

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