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/moders dei/

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Voy con dos post de atraso pero no he podido recuperarme este fin de semana porque sigo con mucho trabajo, ni hablar. Hoy es el Día de la madre , una de las celebraciones más importantes en la vida de casi cualquier mexicano. Casi, porque mía no... Será que tengo una familia muy rara pero a mí, el 10 de mayo, ni fú ni fá. Mientras estuve en el colegio, elaboraba las manualidades que los maestros elegían —y que solían terminar en la basura o en casa de la abuela Estela, a quien sí le gustaba toda la parafernalia al máximo— pero las hacía con la misma emoción que se hace cualquier trámite burocrático. Mis padres pensaban —con mucho acierto, digo yo— que esas celebraciones eran más mercadotecnia que otra cosa, así que no acostumbrábamos a festejar ninguna. Por eso, el niño, el padre, el amor y la amistad y así me tienen bastante sin cuidado aunque siempre he respetado a la mayoría que sí aprecia esas ocasiones memorables del calendario. Además, había el argumento de que a la madre o

Día 49: en Orihuela

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"En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería." Ese epígrafe antecede al poema Elegía de Miguel Hernández (1910-1942), que Joan Manuel Serrat musicalizó y popularizó al grado que no sé si al poeta —que siempre fue muy modesto— le hubiese gustado. Lo que sí sé es que ese disco de Serrat sirvió como vínculo del poeta con muchas personas y que, en mi caso particular, es un lazo permanente que me une a mamá desde muy pequeña y, por supuesto, también a Concha. Aunque alicantina, Orihuela es una ciudad muy cercana a Murcia, a orillas del río Segura, con un patrimonio cultural interesante y donde siempre ha habido una importante actividad agrícola. El personaje más destacado de la ciudad es Miguel Hernández y basta con revisar la lista de los eventos culturales anuales para encontrar su nombre en muchos de ellos. Un dato curioso que pocos saben es que Orihuela está hermanada con la ciudad de Zacatecas en México. Desde

Día 48: siempre es la hora del té

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"Y desde entonces... son siempre las seis de la tarde... Siempre es la hora del té" grita la Reina en el clásico de Lewis Carroll de 1865, Alicia en el país de las maravillas . En este artículo lo saben también y, por supuesto, en todo el Reino Unido. ¡Sacrilegio! Yo soy mucho más cafetera que de tomar té. Es más, durante muchos años, el pensar en el té tenía para mí una equivalencia con "de manzanilla" y estar enferma, así que me daba asco y lo alucinaba. Un día probé el té negro y todo cambió. Los que saben conocen las diferencias entre té, tisana e infusión e incluso reconocen variedades específicas con múltiples propiedades benéficas en cuyos vericuetos no quiero adentrarme ahora. Soy fan del Earl Grey —que por cierto, fue un primer ministro británico del XIX—, variedad del té negro aromatizada con bergamota que me fascina tomar al estilo inglés: con un chorro de leche. El té turco o çay, una variedad del negro que ofrecen en Estambul por todos lados, e

Día 47: el tacto

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Era la segunda quincena de febrero y el coronavirus estaba en camino —recién acechando fuera de China— pero ya quedaba muy claro que tendríamos que aplicar el distanciamiento social. Durante más de una semana, estuve tratando —sin muchas ganas ni tampoco énfasis— de tomar distancia, de no tocar a los otros. Las personas me respondían que estaba exagerando. Todo siguió escalando. La segunda semana de marzo, en algún momento logré ya no tocar a nadie. El 13 de marzo me quedé en casa por descansar —llevaba sin parar de trabajar un mes completo o así— y ahí comenzó mi fase de aislamiento. El martes siguiente fue el último día que vi a mi padre y a mi hermano, pero ya no los toqué. Daniela Rea preguntó aquí : "¿Alguien que en esta cuarentena no haya abrazado, besado, tocado a alguien? ¿Que haya pasado un mes sin tocar o ser tocada?". Encontré ese tuit porque Martha Mega respondió que era su caso y que estaba muy triste y tratando de no pensar en ello. Y al darme cuenta, tamb

Día 46: los retos

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Me retrasé varios días en escribir las entradas de este diario porque han habido cambios en la vida cotidiana por estos lares. ¿Cómo es la rutina de cada uno de ustedes? ¿Qué problemas diarios enfrentan? ¿Qué los saca de quicio o los tiene vueltos locos? Por ejemplo, Jaime Mesa está desesperado porque va rompiendo sus tazas cada que las lava y yo le cuento de mis frijoles quemados y de los que salé y de mis múltiples olvidos de cosas importantes —y "plantones" a amigos queridos, algo que me pesa muchísimo. Pero como él y yo justo ahora comentábamos, estamos enfrentando cosas muy duras, quizá de lo más pesado que nos ha tocado vivir, así que tendríamos que alivianarnos con todo esto que en realidad, son cosas menores y concentrarnos en el autocuidado, en buscar lo positivo. Todo un reto para esta época, ¿no? Por eso es que a últimas fechas hay textos y videos de ayuda psicológica por todos lados, como esto y esto otro . Estoy segura que lograremos pasar esta crisis c